¿Vale la pena estudiar idiomas en 2025?

👾¡Hey humanx!👾

Ya estamos bien entrados en agosto, a las puertas de la segunda mitad del año. Espero que estés teniendo un buen 2025 ;D.

En el mes de agosto reinician las clases en mi país para lxs estudiantes de todos los niveles, así que esta semana me inspiré para platicar de una de mis aficiones predilectas de toda la vida: aprender idiomas.

Para algunxs es un coco en la cabeza, para otrxs un disfrute… pero con el 2026 respirándonos en la nuca y cambios en las esferas educativas y profesionales que traerán los avances tecnológicos, a muchxs nos da por preguntar: “¿todavía es buena idea aprender otro idioma?”.

En este post intentaré responder a tu pregunta, pero a resumidas cuentas…¡claro que vale la pena aprender una lengua extra! Y si te preguntas por qué, chécate estos datos:

¿Qué dice la ciencia?

Con los años se han conducido una amplitud de estudios para identificar si el bilingüismo o el multilingüismo tiene algún efecto relevante en nuestra actividad cerebral, traducido en beneficios cognitivos para el ser humano. Aquí te comparto solo algunos de los resultados que encuentro interesantes👀.

Hablar varios idiomas puede retrasar enfermedades neurodegenerativas

No lo digo yo, lo dice la ciencia (lol). Diversos estudios han constatado que las personas bilingües, y en especial adultos y adultas mayores, se ven beneficiadas al dominar dos o más idiomas y seguirlos utilizando durante toda la vida. Una de las ventajas principales que se ha descubierto es la protección contra enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, el cual puede retrasarse hasta 4 o 5 años (Sala et al, 2021).

Las causas más estudiadas son la interconectividad entre áreas del cerebro, misma que se ve reforzada en personas bilingües, y el constante fortalecimiento de las funciones ejecutivas de nuestro encéfalo. De hecho, se ha observado que el hemisferio izquierdo del cerebro es donde se perciben mayores diferencias entre personas bilingües y monolingües (quienes dominan un idioma) (Sala et al, 2021).

En resumen: si ejercitas tu cerebro al aprender otro idioma y lo sigues aplicando durante toda tu vida, puedes protegerlo mejor. Por supuesto, entran en juego otros factores como el nivel educativo, la edad y las condiciones socioculturales; pero no deja de ser sorprendente el hecho de que ser bilingüe contribuye a mantener tu cerebro joven 🤩.

Aprender un idioma mantiene tu cerebro flexible

Ligado al punto anterior, estos estudios han discutido que una de las grandes ventajas otorgadas por el bilingüismo es la mejora de las funciones ejecutivas del mismo. Con “funciones ejecutivas” me refiero al conjunto de procesos cognitivos complejos, como la toma de decisiones, organización y planificación, procesos de atención y concentración, memoria operativa, flexibilidad cognitiva, etcétera (Orellana et al, 2021; Restrepo, 2008) .

Entre las funciones anteriores, destaca la del pensamiento flexible, que se refiere a “la capacidad para cambiar situaciones perceptuales con doble posibilidad de interpretación (…) o la capacidad para modificar la estrategia de respuesta ante los cambios en el ambiente” (Escotto, 2024). ¿Qué quiere decir esto en español? Que un cerebro flexible es aquel que puede manejar más de una tarea al mismo tiempo, observar e interpretar información desde diferentes perspectivas y encontrar soluciones de manera creativa; lo que conocemos como “pensar fuera de la caja”.

Algunos idiomas son radicalmente distintos a nuestra lengua materna en fonética, grafía o gramática :o. Al estudiar un idioma que nos resulte retador, estarías aprendiendo a leer, hablar e incluso pensar con otra configuración algorítmica. ¿No es increíble?

¡Aprender un idioma expande tu mundo! (literal y figurativamente)

Alguna vez escuché la frase “el límite de tu mundo es el límite de tu mente”.

Vivimos en una sociedad líquida, enamorada de la inmediatez; pero seguimos siendo seres gregarios y sociales, al fin y al cabo. Hoy en día podemos comunicarnos con prácticamente cualquier persona desde cualquier parte del mundo, y nos sumergimos en entornos globalizados donde convivimos con individuos de diferentes culturas, razas, creencias religiosas, posturas políticas, orientaciones sexuales y etcétera etcétera etcétera.

Probablemente me dirás que ya existen los traductores automáticos para facilitar las conexiones entre humanitxs que hablan diferente idioma, pero yo te respondo: …¿se siente igual de cercano que entablar una conversación con alguien en su idioma, o que esa persona haga el esfuerzo de hablar el tuyo?

Dominar un idioma extra te abre más posibilidades: a viajar o estudiar en otro sitio sin necesidad de un traductor, solicitar ayuda oportuna cuando tienes una emergencia en un entorno multilingüe, ampliar tu círculo de amigxs, descubrir los no sé qué de una cultura desde el interior, tener acceso a un mayor número de empleos… y, como se ha discutido en el escenario público de México en los últimos meses, a ser empático con lxs residentes de un lugar al que llegas como gentrificad…digo, como migrante con mayor poder adquisitivo, sin pretensiones de erradicar sus espacios y sus expresiones culturales, más bien respetándolas.

Por supuesto, aprender un idioma es también asimilar una cultura, y es natural encontrarnos con choques culturales que nos hacen ruido. Pero oye, tu zona de confort se expande y puedes ver una misma situación desde otro ángulo.

Entre más herramientas tienes, más libre eres.

En mi experiencia como Licenciada en Lenguas Extranjeras…

Las lenguas son toda una aventura. Sobre todo porque no siempre es posible predecir cuál será el resultado: ¿Será divertido? ¿será retador? ¿me gustará? ¿me aburriré?

En México se enseña el inglés como L2 (lengua 2) en la mayoría de escuelas públicas y privadas, por lo que ya estamos más familiarizados con este idioma; sin embargo, he descubierto en mis andanzas por diferentes centros educativos que el nivel alcanzable de una L2, L3 y hasta L4 o L5 se ve influido por factores económicos, socio-culturales y psicológicos, como la actitud. Aunque todxs estudiemos en el mismo curso y con los mismos materiales, ello no implica que obtendremos el mismo resultado en todxs lxs aprendices.

Además, me parece que todavía tenemos la creencia de que la curva de aprendizaje de una lengua es lineal e invariable; es decir, que solo puede ir hacia arriba, más o menos así:

PEEEERO déjame decirte algo: desde mi papel de estudiante de 5 idiomas (sin contar el inglés), el proceso se parece más a esto:

¿Hay algo de malo en ello? ¡NO! Más bien, creo que los planes de estudio de las universidades mexicanas que enseñan lenguas aún no consiguen adecuarse a un ritmo de aprendizaje como éste. Las materias de lenguas suelen ser seriadas, de modo que, en teoría, saltas del nivel B2 al C1 en solo un semestre o cuatrimestre (jajajaja). No los culpo, porque es una carrera de (relativa) nueva creación en México, y la profesión traductora/intérprete no era (y todavía no es del todo) muy visible, pero oooigan.

He notado que esta última parte de la curva es la menos comprendida y, por tanto, es el último empujón que muchxs no reciben: el dejar de traducir en nuestra cabeza y pensar con el mindset del idioma asimilando sus modismos y matices culturales, mismos que no necesariamente te enseñan en la escuela, sino que los interiorizas al interactuar con el idioma de manera cotidiana. Ten en cuenta que la cercanía de la L2 con tu L1 (lengua materna) también impacta en la velocidad con la que aprendes, porque habrá palabras y estructuras gramaticales que te resultarán más o menos transparentes, mientras que otras PARA NADA.

Así, por ejemplo, me tomó casi 4 años pasar del B2 al C1 en inglés y apenas alcanzo un B2 en coreano después de estudiar más de 6 años, pero alcancé el B2 en francés en los 3 años de licenciatura pese a haberlo abandonado durante la preparatoria.

En cuanto a ventajas que he encontrado en mi camino por estudiar varios idiomas de manera sostenida, la que más me emociona es compartir mis gustos y aficiones con otrxs: puedo escuchar canciones de k-pop y entender lo que dicen, ver dramas sin fijarme tanto en los subtítulos, tener acceso a publicaciones científicas o académicas recientes que no han sido traducidas, e incluso cumplir uno de mis sueños de la adolescencia: trabajar en el mismo escenario que mi grupo de k-pop favorito (ese es un storytime para otro día).

Ya en mi papel de adulta, puedo decir que me ayudó a conseguir un empleo en una compañía transnacional y hacer algunos contactos de otros países. Aún no alcanzo del todo una de mis metas, que es convertirme en traductora profesional, pero el trabajo sigue en proceso 😉.

Eso sí, no se me escapa una única desventaja: no es un estilo de vida fácil de costear. Los cursos, los materiales, los exámenes de acreditación, los talleres y otros recursos son, en su mayoría, costosos. Así que, si te interesa darle un boost a alguno de tus idiomas, te recomiendo crear una alcancía (física o digital, como prefieras) específica para ahorrar y financiar tu aprendizaje. Hoy en día el acceso a internet es amplio y afortunadamente hay muchos contenidos disponibles de manera gratuita, peeero los mejores materiales casi siempre tienen un precio.

Conclusiones

En resumen: ¿vale la pena aprender otro idioma?

¡Sí! Y resulta cada vez más fácil cuando aprendes a aprender. ¿A qué me refiero? A conocer tu propio proceso de aprendizaje y apalancarte del mismo. Utiliza las estrategias que te funcionen, pero no dejes de desafiar a tu cerebro probando cosas nuevas. Define una meta clara por la que estudias el idioma, sé constante y te aseguro que llegarás lejos.

(Y si te estás preguntando si temo a que la IA me reemplace: sí me da mello, pero quiero confiar en que podremos apoyarnos de ella para ofrecer un mejor servicio como intérpretes o traductores, en vez de ser completamente eliminados del sistema por ella. Después de todo, la IA todavía no te puede traducir “arremángala arrempújala”, ¿o me equivoco?).

Aprender un idioma siempre tiene grandes beneficios a nivel individual: puedes conversar con hablantes nativos, entender canciones o literatura, ampliar tu perspectiva cultural y, sobre todo, ¡pasar un rato divertido! Créeme, es un pasatiempo positivo para tu cerebro y hasta para tu autoestima <3.

Antes de despedirme, quisiera hacer una breve reflexión.

Se nos ha inculcado un estilo de vida “utilitarista” y el aprendizaje de idiomas desafortunadamente no escapa de él, pero recuerda: no todos los pasatiempos tienen que practicarse pensando en un fin pecuniario o de utilidad, y no todos los idiomas que aprendes tienen que “ser útiles profesionalmente”. Esta mentalidad solo contribuye a reforzar el poder blando de algunos enormes bloques geopolíticos y a acelerar la pérdida de valor cultural e histórico para grupos más pequeños. Si un idioma te interesa y tienes la posibilidad de estudiarlo, ¡adelante!.

Y con esto, me retiro por ahora 😀 ¡nos leemos muy pronto!

Con cariño,

Alian. Un alien curioso, un alien de ciudad.


Fuentes de consulta


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